Bueno... también se puede tender la ropa.

No hay como llamar a las cosas por su nombre.

La preocupante actualidad y el cabreo distraen mi discurso.

Amigos, conocidos, desconocidos, profesionales o amteurs serán los que pondrán texto a las fotos de este blog.

Empezamos una nueva historia. Yo pongo las imágenes y vosotros los textos.

Podéis elegir cualquiera de las fotos de éste blog y escribir lo que os sugiera. Mañana aparece el primero y es  de Luis Sanz amigo y periodista que ha elegido la foto del toro de Osborne para ponerle palabras.

Si os apetece escribir podéis poneros en contacto conmigo a través de mi correo jadiazfoto@hotmail.com

 Gracias de antemano.

Los taurinos llaman noble al animal que busca el engaño sin tener más que ojos para el trapo rojo, arremetiendo contra él con el hocico humillado una y otra vez hasta dejarse la vida en un empeño imposible, carente de más sentido que el de embestir por embestir. El toro noble no mira a su alrededor. Desprecia la cercanía del humano que le pone por delante la muleta, la proximidad de sus muslos, el colorido de su traje. Noble animal el toro de lidia; estúpido animal el toro de lidia.

Visto de frente es imponente, altivo, poderoso. Cuando sale a la plaza despierta murmullos de admiración, pero al cabo el espectador comprende que el toro va a morir, que esos jadeos y esa sangre que corre a chorros por el lomo solo pueden significar una cosa. Cuando, herido de muerte, espera el descabello, todavía tiene arrestos para intentar una última embestida. Antes, en el campo, el toro de lidia ha vivido mimado por el ganadero y por eso se le hace más cuesta arriba un final así. El ignora que ha sido criado para esto, para terminar de esta manera. Si no le hubieran reservado los mejores pastos, las dehesas más amplias y todos esos mimos ahora no estaría frente a un hombre que pretende ensartarle, pero sería un manso. Su vida y su muerte serían distintas.

Si España es el toro está todo dicho. La estructura herrumbrosa que sostiene su imponente fachada aguanta con dificultad. No es problema de dinero –que también- es que los españoles persiguen el engaño y se enredan en el capote. Discuten de cosas que a otros no les preocupan e ignoran los debates que a otros les fortalecen. Lo importante es mantener su arrogante estampa, seguir embistiendo, aunque cada vez más débiles y añorando los felices tiempos de la dehesa y el todoterreno.

Será mejor que empecemos a buscar otro símbolo, porque sabemos que el toro al final siempre muere y de qué manera lo hace.

Luis Sanz. (Periodista).

<¿Le gustan?>, me preguntó mientras fotografiaba.No me atreví a responder.<Se lo han vendido como viviendas y mira lo que son:palomares>.Y se marchó.

La verdad es que a mí me habían parecido celdas o garitas.No lo sé.